A la distancia que media entre ambos continentes, desde hace tiempo he venido pensando en lo bueno que hubiera sido que alguien le explicara a Mariano Rajoy que en política no se trata de vencer sino de convencer.
¿Quién hubiera podido ser, el rey?
¡Hmmm!
Qué paradoja, a la muerte de Franco un Borbón contribuyó, mal que bien, a la paz y la unidad de España. Cuarenta y dos años después otro Borbón, displicente, prepotente y autoritario, es incapaz de hacer lo mismo.
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